Noticia dolorosa. Este periódico dejará de imprimirse a finales de mes. Continuará en la Web e impreso los fines de semana. No tenemos duda de la inmensa labor que ha cumplido en defensa del sistema democrático y de la libertad.
Sus actuales problemas derivan principalmente de haberse mantenido fiel a sus postulados, de haberse sostenido como diario político independiente de poderes económicos y partidos políticos, y por supuesto ajeno, muy ajeno, a los intereses del gobierno.
Un periódico crítico que ha hecho del análisis político, una razón de ser. Sus editoriales, portadas y reportajes han sido evidencia contundente del inmenso coraje de su director, Teodoro Petkoff, y del variado equipo de periodistas que han hecho posible la existencia de este combativo diario durante los últimos 14 años.
El acoso económico, la persecución leguleya, los malabarismos judiciales no han sido utilizados únicamente contra este diario, pero no hay duda de que con Tal Cual el poder se ha ensañado, y sin ninguna vergüenza.
Queda por supuesto el ejemplo: haber marcado el camino, no declinar principios y valores, queda también la permanente tozudez de salirle al paso al acomodo, al `tírame algo’, a callar lo que es imprescindible ventilar.
De los muchos y graves cambios que hemos vivido en el país en este siglo XXI hay uno que pareciera de poca monta, pero que sin duda es de extrema gravedad; históricamente los medios impresos en Venezuela han tenido nombre y apellido.
Es decir, cada periódico, cada revista, cada publicación, ha sido identificada con una persona, un dueño, quizás una familia. Detrás de cada publicación ha habido un ciudadano, no ha sido Venezuela un país de periódicos fantasmas.
De circulación nacional o regional, los impresos siempre al final de la cadena editorial, han tenido una dirección, una puerta, un rostro, un venezolano. Las excepciones existieron, claro está, como fueron los impresos clandestinos en tiempos de la dictadura perezjimenista.
Consideramos entonces que Tal Cual en este sentido es, sin duda, emblemático, porque es bien conocido que Petkoff dejó la dirección del diario El Mundo por presiones del gobierno, y de inmediato fundó un nuevo periódico: Tal Cual.
Este diario ha estado identifica- do desde el primer número con su fundador y director. Nada que esconder, dando la cara como ha sido la tradición venezolana, y más aún, firmando cada editorial con nombre y apellido.
Esta saludable tradición se está desmoronando delante de nuestros ojos. Dos grandes periódicos nacionales han sido vendidos a dos ¿grupos? que nadie, hasta el día de hoy, sabe a quién pertenecen.
Los dueños de los diarios Ultimas Noticias y El Universal no han dado la cara ¿Quiénes son? Lo deben saber seguramente los antiguos dueños y muy probablemente también los directores de esos dos medios, pero no los periodistas, los anunciantes, los lectores, la ciudadanía.
De allí esta nueva realidad que rompe con la gallarda y valiente tradición de dar la cara. Definitivamente una inmensa sombra, apadrinada por los que callan, resquebraja nuestras mejores prácticas. La peligrosa oscuridad que busca imponerse es el opuesto de lo que ha modelado este diario en sus 14 años de existencia, hablar claro y raspao.
.jpg)
